Ha pasado casi un año ya, y aún estoy que no me lo termino de creer.
A pesar de estar añadida al listado de operaciones de la web desde el minuto uno, aún no me había atrevido a escribir ni un sólo artículo de la que es mi mejor operación como inversor inmobiliario hasta la fecha, con mucho. Creo que no me sentía preparado para ello.

No me considero un inversor experto ni mucho menos. Hace apenas cuatro años que comencé a interesarme y estudiar este sector y la primera compra la realicé hace menos de tres años. Por ello es normal que todavía me recorra un agradable escalofrío cuando rememoro los momentos claves de esta operación y me conciencio de que en apenas un par de minutos, lo que duraron aquellos tres «rayajos» sobre un papel en notaría, gané la friolera de seis cifras.
Pero no sólo fue el descuento de más del 50% en la compra de la propiedad, sino el trato general que envolvió toda la operación, ya que los antiguos propietarios, un matrimonio de procedencia inglesa en este caso, se quedan en la que hasta hace un año fue su vivienda durante más de 15 años, como inquilinos, pagándome una renta de 1.050€ mensuales.
En la foto de portada –que hicimos días después de firmar la compraventa en notaría– se puede apreciar que fue un completo «win-win». Es decir, ambas partes quedamos satisfechas. Ellos querían vender su vivienda y disponer de ese dinero para disfrutar de una forma más cómoda los años que les quedan de vida, PERO con la condición de seguir viviendo en ella, en este caso como inquilinos, de por vida.

Yo como inversor, por mi parte, estaba interesadísimo en la propiedad, ya que además de ser una villa espectacular, construida en el año 2006 en una parcela de 650 metros, 236 metros de vivienda construida, 38 metros cuadrados de piscina, y a tan sólo 15 kilómetros del turístico Mojácar, se vendió por 200.000€ tras una breve negociación en la que todavía pude ahorrarme otros 20.000€. Pero la clave de la compra y lo más importante es que no la queríamos para vivir, sino como pura inversión.
De esta forma pudimos acoplarnos perfectamente a las exigencias de los vendedores, que como digo eran quedarse como inquilinos de por vida (o hasta que decidan marcharse), y aprovechamos esta verdadera oportunidad de inversión inmobiliaria.
Hoy por hoy mi banco tasa la propiedad en 448.000€.

Una ganancia «virtual» de más de 200.000€ en una sola firma, ingresos de alquiler aparte.
Sinceramente, no sé si oportunidades como esta se volverán a dar en mi vida, deseo y espero que sí, mientras continúe en este camino de la inversión inmobiliaria que hace años decidí emprender, pero la sensación de trabajo bien hecho, de investigación, de búsqueda de oportunidades, de negociación, de cuidar y valorar la relación inquilino-propietario, y de gestión posterior, es indescriptible, y da sus verdaderos frutos en operaciones como esta.
Hoy por hoy la relación con Brian y Carol como inquilinos es espléndida. Disfrutan y cuidan la vivienda como si fuese suya –nunca mejor dicho-, y no fallan en los pagos. A sus más de 70 años están en una condición envidiable y en el caso de que vivan 16 años más y sigan en la propiedad (que es la idea) me habrán devuelto todo el capital que pagué por ella en concepto de alquiler, con lo que prácticamente la vivienda me habrá salido gratis. No hablemos ya de la hipotética revalorización, que en una propiedad de estas características podría aumentar otro 50% en ese lapso de tiempo perfectamente.

Y sigo trabajando día a día para conseguir oportunidades como esta y explotarlas de una forma justa y rentable, pues a pesar de que en términos de rentabilidad neta por alquiler esta propiedad pueda parecer «poco interesante» a cualquier inversor, ya que apenas supera el 5% neto, en términos de revalorización, calidad del activo, y por supuesto y sobre todo el descuento aplicado en la compra, la convierten en la mejor operación que he podido realizar hasta el momento en mi carrera como inversor inmobiliario.
Pues ya está, ya me he desahogado. Un año después he conseguido hablar de «mi villa», la primera, pero espero que no sea la última. Una operación inmobiliaria que me dio fuerzas, ilusión y motivación para continuar en este bonito mundo, que hasta ese momento había sido de penas y glorias a partes iguales. Pero esta fue la GRAN GLORIA, como el que tras excavar durante meses y meses, logra finalmente encontrar esa pequeña pepita reluciente y dorada que es el preludio de un gran filón de oro.
¡Que crack Antonio! Enhorabuena por esa magnífica operación! Oportunidades como esta se presentan pocas en la vida, hiciste muy bien en aprovecharla!
Saludos campeón!
¡Gracias Pedro! 🙂
La verdad es que fue una suerte 🍀 encontrarla así que no podía perder la oportunidad de adquirirla jeje.
¡Un abrazo!
Bueno, bueno. Lo primero decirte enhorabuena Antonio por tan increíble operación. Como bien dices, esto no es algo que aparezca todos los días, y cuando aparece no hay que desaprovechar la oportunidad. La villa es una cosa de otro nivel!!! Enhorabuena de nuevo!
Que grande Antonio!!! En esta operación sí que la has partido! Y me ha gustado mucho también como lo has expuesto. Mi sincera enhorabuena! Sigue así!
Muchísimas gracias Ricardo!! 🙂 es una preciosidad de propiedad la verdad es que sí.
Un abrazo.
Peter no fallas!! Jeje
Muchas gracias hermano! Sabes que para mí es un honor que te guste 🙂
¡Un fuerte abrazo!
¡Enhorabuena Antonio! Yo te quería preguntar cómo o a través de quien conseguiste contactar con los dueños o como lo hiciste esto!
Un saludo crack!