🏛 Roma, resquicios de un gran Imperio
📍 Roma (Italia)
¡Por fin! Después de muchísimos años deseando conocer Roma, se ha dado la ocasión de escaparnos dos días y medio por «La Ciudad Eterna«. A pesar de no ser mucho tiempo, creo que hemos sido capaces de sacarle el máximo rendimiento a cada minuto que pasamos en la gran urbe, y por lo menos visitar todos los lugares y monumentos más emblemáticos.
Por desgracia al parecer llegamos en un momento y en una época en la que muchos de aquellos monumentos y estructuras se encontraban en proceso de remodelación y mantenimiento, con lo que no las pudimos apreciar en todo su esplendor por encontrarse total o parcialmente valladas. No pasa nada, pues esta es la excusa perfecta para volver a Roma en un futuro viaje :)
Algunos de los monumentos que no pudimos disfrutar con totalidad fueron «La Fontana di Trevi», «La Plaza Navona» o el imponente «Monumento a Vittorio Emanuele II».
A pesar de este contratiempo, el simple hecho de pasear por las estrechas y empedradas calles de la capital italiana es toda una experiencia en sí mismo. Es como introducirse en una máquina del tiempo y haber viajado dos mil años al pasado.
Increíble también es la cantidad de turistas que aún por esas fechas (pleno octubre) recorren de un lado para otro la ciudad sin descanso alguno, sobre todo la parte donde se encuentra el Coliseo y el Foro Romano.
Algo que nos sorprendió gratamente fue precisamente recorrer el increíble Foro Romano. Cuando te ves en el medio de aquellas enormes ruinas, con templos a medio derruir y algunos de los que ya no quedan más que unos cuantos bloques de piedra, tu cabeza comienza a imaginar aquellos monumentales edificios y empiezas a ser un poco consciente de la enorme magnificencia de aquel imperio ya extinguido.
Casi tres largas horas nos llevó recorrer –pacientemente, eso sí– aquel mar de columnas caídas y bloques desperdigados. La mayoría de los antiguos e imponentes templos y edificaciones no existen más hoy en día, pero hay todavía algunos que milagrosamente se mantienen en pie, como puede ser el Templo de Antonino y Faustina.
Entre caminata y caminata, parábamos como no podía ser de otra manera a comer lo típico que uno puede comer en Italia; pasta y pizza. De un sabor exquisito, como era de suponer. El café también es delicioso en el país transalpino.
Por supuesto que dedicamos un tiempo también a visitar la ciudad estado del Vaticano y una de las 7 maravillas del mundo moderno y el símbolo más importante del país; el Coliseo pero esto lo trataré en exclusiva y en una entrada aparte.