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💭 3 meses de cuarentena en Kuala Lumpur

📍 Kuala Lumpur (Malasia)

Fue un 14 de marzo de 2020 cuando llegué a Kuala Lumpur,capital de Malasia, tras meses viajando por todo el sudeste asiático. No pasaron ni setenta y dos horas cuando decretaron el confinamiento y la cuarentena total por Covid-19 en todo el país.

Fueron casi 90 días de «encierro» en aquella gran urbe, que tuve tiempo de recorrer de cabo a rabo. Durante ese largo periodo, tuve el placer de conocer la ciudad en su «estado natural», con su constante discurrir de vehículos y personas, como durante la dura cuarentena, cuando sus amplias y alargadas calles quedaron totalmente desiertas y lóbregas.

Vista de Kuala Lumpur, con las famosas «Torres Petronas» en el centro

Por supuesto que de no haber sido por el confinamiento, en mis planes no estaba en absoluto el pasar más de 4-5 días en aquella gran ciudad, sino irme más bien a la parte norte del país, más virgen y natural que la capital del mismo.

Tras recorrer algunas de las principales ciudades de países como India, Camboya o Vietnam, me impactó bastante el contraste que encontré en la capital malaya, donde sus nuevas y modernas infraestructuras como edificios o carreteras dan a la ciudad un toque de elegancia, modernidad y exclusividad no muy común en los países vecinos (excepción hecha de Singapur).

Con algo más de dos millones de habitantes, indios, chinos y malayos autóctonos conviven en esta ciudad por igual, mezclados en un maremágnum de religiones, culturas y tradiciones que a simple vista, todos parecen respetar entre ellos con gran admiración por mi parte.

El barrio de «Little India» en Kuala Lumpur

Tras recorrer los principales barrios y zonas de la ciudad, pude comprobar que existe un alto contraste entre las zonas más privilegiadas y los barrios más humildes y trabajadores, estos últimos habitados principalmente por bangladesíes, pakistaníes o indios, que vienen a vivir el «sueño malayo» sirviendo de mano de obra no cualificada por unos 300€ al cambio en «ringgits«. Eso sí, con ese dinero les da de sobra para vivir y mandar algo a su país para la familia.

Edificio habitado por extranjeros en un barrio trabajador de Kuala Lumpur

Previamente al confinamiento y en los días posteriores al mismo, me encontré con una ciudad vibrante, llena de energía y con muchas ganas de caminar hacia el futuro. Sus principales calles, repletas de negocios en pleno funcionamiento y donde se puede encontrar de todo, desde restaurantes de comida china, malaya o europea hasta venta de ropa, carteras y complementos.

La ciudad también cuenta con grandes parques y zonas verdes muy bonitas

Las grandes marcas también han hecho presencia en la capital malaya. Gucci, Guess, Ralph Lauren, Armani… Ninguna de ellas quiere perderse parte del pastel malayo que no hace más que crecer en las últimas décadas.

En términos de creencias también tenemos donde elegir. Sus calles la pueblan mezquitas musulmanas, templos hindúes, budistas y hasta taoístas sin distinción alguna. La religión cristiana es amplia minoría en Malasia, donde apenas copan un 6% de la población, pero estoy seguro que si buscas, en Kuala Lumpur puedes encontrar alguna iglesia católica también.

Templo hindú en Kuala Lumpur

Si tuviera que resumir esta ciudad en pocas palabras, diría que es una gran urbe multicultural. Multicultural no sólo por el hecho de que vivan en ella muchísimas personas de otras naciones o religiones, sino por el hecho mayormente de que entre ellas se respetan, se integran y hasta se complementan. Porque ciudades donde residen personas de diferentes países y religiones hay muchas en el mundo, pero la cuestión es; ¿Se integran los que vienen de fuera y conviven entre todos? Ése es el verdadero reto, que según yo comprobé, en Kuala Lumpur han conseguido superar.

Una mezquita musulmana, entre modernos edificios y rascacielos en Kuala Lumpur

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