Mago y cristal (La Torre Oscura 4)

El tomo más extenso hasta ahora (casi mil páginas) y posiblemente también el más flojito de la saga, en mi humilde opinión. Eso sí, lo he pillado con ganas y lo he devorado en algo más de diez días.

Como digo, poca -muy poquita- actividad en la trama principal de Roland y su «ka-tet» en su camino hacia la Torre Oscura, pero el bueno de Stephen ha sabido suplir ese fallo adentrándonos de lleno en la parte más íntima, personal y poco conocida de nuestro querido pistolero, Roland, y sus aventuras de juventud junto a sus compañeros Curth y Alain en la pequeña Hambry. Y como no, una inesperada historia de amor, el amor de su vida, con la hermosa pero rebelde Susan como protagonista.

Como no podía ser de otra manera tratándose de un libro tan extenso y en un intento de crear un mundo y una saga al completo, es normal que algunas partes sean algo rebuscadas y otras decepcionen al lector por completo, como en mi caso fue la poca trascendencia y la facilidad de la eliminación de personajes como Jonas, un pistolero exiliado que al parecer era tan cruel, listo y avezado, y muere de una forma tan sencilla y rápida sin apenas dar guerra a los protagonistas. Pero es algo que teniendo en cuenta todo el conjunto se puede pasar.

La parte final del libro, en la que finalmente Roland y su grupo se encuentran con el afamado y vil Marten, me pareció un poco decepcionante y carente de intensidad, esperemos que en el futuro podamos conocer más y de una forma más intensa acerca de Marten el mago.

Seguiremos con las próximas partes muy pronto…